Los seres humanos (Homo sapiens) pertenecen a la familia Hominidae, la cual comparten con otras especies como gorilas, chimpancés, orangutanes y bonobos. El hombre apareció hace cerca de 300 mil años atrás en África, y a partir de este momento se dispersó por todo el mundo ocupando cada región emergida de nuestro planeta. Según estudios de biogeografía histórica y paleontología, la colonización del resto del mundo, partiendo de África, comenzó por Eurasia, a partir de la cual se propagó a Australia y las Américas.
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Con el aislamiento de las poblaciones humanas, comenzaron a desarrollarse diferencias culturales, lingüísticas y sociales propias de cada región. Debido a las características ambientales típicas, aparecen una serie de características físicas y adaptaciones, que diversificaron poco a poco a la especie humana. Como resultado de este fenómeno hoy día se pueden observar distintos tipos de humanos.
Tipos de humanos
Históricamente, el concepto de raza hacía referencia a los grupos en que se subdividen los seres humanos de acuerdo con diversos sistemas de clasificación usados especialmente entre los siglos XVIII y mediados del XX. Sin embargo, a partir de 1950 este término ha caído en desuso.
Hoy día los antropólogos abogan principalmente por la existencia de fenotipos dominantes más que razas, ya que la genética no respalda la existencia de la segunda en la especie humana. Según su fenotipo predominante los seres humanos pueden ser clasificados en tres grupos principales: Negroides, Mongoloides y Europoides.
Negroides
Dentro de este grupo se encuentran, africanos, aborígenes australianos, melanesios y negritos. Se caracterizan, por lo general, por tener una tez muy oscura, cabeza alargada, frente ligeramente abombada, nariz chata y más ancha, ojos oscuros, labios gruesos, pelo oscuro y muy rizado, gran estatura y piernas largas.
Según la antropometría craneofacial moderna, los cráneos de estos individuos pueden ser identificados por: una amplia y redondeada cavidad nasal, marcado prognatismo, en la boca el paladar de forma rectangular, dentadura prominente y orbita ocular rectangular.
Mongoloides
Las personas con estos rasgos suelen habitar en Asia (Asia Central, Sudeste Asiático, Asia Oriental, Siberia y partes de Asia del Sur y Asia Occidental), el Ártico, América y la mayoría de las islas del Pacífico. Según la antropometría craneofacial moderna, se caracterizan por tener hueso nasal pequeño, perfil nasal cóncavo, dientes incisivos en forma de pala, prognatismo facial moderado, en la boca el paladar de forma elíptica y cavidad orbital redondeada.
Europoides
También conocido como caucasoide, las personas con estos rasgos suelen habitar en Eurasia Occidental (Europa, África del Norte, Asia Occidental, Asia Central e incluso el Sur de Asia). Este grupo humano corresponde básicamente a lo que históricamente se ha definido como «raza» blanca.
Según la antropometría craneofacial moderna, se caracterizan por tener la cabeza alta y redondeada, nariz estrecha, hueso nasal grande, perfil nasal recto, dientes incisivos en forma de hoja de cuchillo, reducido prognatismo facial, en la boca el paladar de forma parabólica, cavidad orbital romboide, barbilla proyectada y bilateral.
Otros tipos de seres Humanos
Debido a que los mamíferos son animales homeotermos, o sea, que somos animales que mantenemos constante la temperatura corporal a pesar de las variaciones térmicas en el medio externo, existen una serie de adaptaciones morfo-funcionales en varias poblaciones que posibilitan la regulación de la temperatura de acuerdo al ambiente. Lo cual ha sido muy utilizado para diferenciar las distintas poblaciones del mundo
Esquimales o Inuit
Estas poblaciones son capaces de incrementar la producción de calor, con periodos intermitentes de vasoconstricción en el sistema circulatorio. También se identifican por una nariz estrecha, pequeña y alargada, con mayor cantidad de mucosa para calentar el aire que entra.
A todo esto hay que añadir su tamaño corporal, muy compacto, y su metabolismo basal alto, para generar calor. Otro aspecto que les ayuda a sobrevivir ne las condiciones invernales es una dieta rica en grasa, lo cual les genera cierto aislamiento.
Aborígenes australianos
En los desiertos australianos las temperaturas mínimas nocturnas oscilan sobre los 8 °C, lo cual unido a la falta de refugios impulsó la aparición de adaptaciones al frío en aborígenes australianos. Estos presentan un estado de semiletargo mientras duermen, caracterizado por una vasoconstricción constante durante la noche.
Bosquimanos
Estos son los humanos mejor adaptados a la vida en el desierto, presentando un color de piel ni muy claro, para protegerse de la radiación solar, ni muy oscuro, ya que retendrían mayor cantidad de calor. Su tono de piel es de un amarillo-ocre. Además, presentan un pelo rizado que disminuye la velocidad de evaporación del sudor, haciendo que este les refresque y nariz ancha con poca cantidad de mucosa para tomar mayor cantidad de aire. Por último presentan un tamaño alargado con largas extremidades que ayudan a aumenta la pérdida de calor.
Andinos, Sherpas y Tibetanos
La cantidad de oxígeno en el aire que respiramos es del 21 por ciento, con la excepción de las personas que viven en zonas extremas de la gran altitud en el Tíbet o las montañas andinas, donde la presión parcial de oxigeno es mucho menor. Este efecto físico directo se suma otros factores como la sequedad del aire, el frío y los cambios en la alimentación.
Estos pueblos presentan una serie de adaptaciones que les permiten vivir en condiciones de altitud, donde está demostrado que la cantidad de sangre que llevan los vasos pulmonares es mucho mayor que en poblaciones al nivel del mar. Además se forman mayor cantidad de eritrocitos y hemoglobina para transportar el oxígeno. También se ha observado un aumento del ancho del pecho de estas poblaciones debido a que inhalan mayor cantidad de aire para captar el poco oxígeno de este tipo de ambiente.